San Narciso de Jerusalén

La festividad de San Narciso, Obispo de Jerusalen, se conmemora el 29 de octubre según el Santoral Catolico.

Extremista

El día de hoy, 29 de octubre, de conmemora el Día de San Narciso de Jerusalén según el Santoral Católico. Él fue un obispo, cargo que recibió en el año 180 a sus 80 años de edad, y vivió hasta los ciento dieciséis años. Fue merecedor de alabanzas por su santidad, paciencia y fe. Uno de los milagros que se le atribuyen es el hecho de haber permitido a los diáconos encender lámparas en una víspera de Pascua luego de convertir el agua en aceite.

San Narciso nació a fines del Siglo I en Jerusalén, Israel. Su formación cristiana la recibió de las fuentes de la nueva religión y se supone que sus catequistas fueron que habían sido formados por Salvador o los que escucharon directamente a los Apóstoles.

Fue consagrado el trigésimo obispo de Jerusalén en 180. Si bien ya era de avanzada edad al momento de ocupar dicho cargo, su dinamismo y ánimo eran los de un joven. 15 años más tarde de convertirse en obispo asistió y presidió el concilio de Cesarea con el objetivo de unificar roma en el Día de Pascua.

Tres de sus clérigos decidieron unirse para calumniarlo luego de sentir envidia por su ejemplo de vida. Si bien no se saben los detalles de la acusación que realizaron en su contra, ha trascendido que se trataba de un crimen atroz. En dicho momento, cada uno de ellos juró sus palabras diciendo que, si las mismas fueran falsas, uno se dejaría quemar vivo, el otro sufriría una terrible enfermedad y, el tercero, perdería la vista.

Tras escuchar las acusaciones que se realizaban en su contra, Santo Narciso no se defendió y optó por retirarse al desierto. Los primeros dos clérigos murieron sufrieron los castigos de sus juras y el tercero reconoció su infamia y quedó ciego de tantas lágrimas que derramó en su arrepentimiento.

Al quedar en evidencia que era inocente, él regresó a su sede pero, como ya tenía 110 años de edad, nombró a San Alejandro, obispo de Flaviada en la Capadocia, como coadjutor de la misma.